Los títulos de cursos y seminarios que señalamos a continuación hacen referencia a temáticas de gran actualidad. Sus contenidos plantean líneas de trabajo y de indagación para entender mejor el mundo que nos rodea y cómo actuar en él.
Curso (25 horas)
Seminarios (15 horas)
2.- Política internacional 2.0: las formas como la Red interviene en los conflictos políticos
4.- Los medios sociales y el futuro de los medios de comunicación
5.- Nuevos perfiles profesionales en Internet
6.- ¿Hay vida más allá de Facebook?
7.- Proyectos de Innovación Social. Cómo formularlos, cómo ejecutarlos
8.- Nuevos modelos de comunicación social de la ciencia y la tecnología
1.- Usos avanzados de Internet: creación, diseño y desarrollo de redes de conocimiento. Una forma diferente y más eficiente de trabajar
El reto del cambio cultural supone asumir nuevas formas de organizarse, de relacionarse, de crear y gestionar conocimiento y de formular nuevas ideas para alcanzar objetivos concretos. Esto no es entretenimiento, ni comunicación, sino procesos de trabajo en estructuras virtuales para conseguir fines acordados previamente. Las redes de conocimiento son espacios virtuales, organizados y gestionados por profesionales especializados, que se despliegan en plataformas tecnológicas, donde los miembros de la red utilizan determinadas metodologías de trabajo con el fin de elaborar y ejecutar proyectos, generar y gestionar conocimiento que permita tomar decisiones o interpretar aspectos sensibles y estratégicos para las organizaciones, desarrollar políticas para problemáticas nuevas o abrir mercados globales, desarrollar nuevas metodologías para procesos de aprendizaje, madurar ideas que pueden convertirse en proyectos de innovación social, todo ello impregnado de un impulso innovador con el fin de aportar soluciones nuevas a un amplio abanico de demandas, necesidades, problemas y objetivos. Estas redes se construyen como sistemas de generación y gestión de información y conocimiento en red que organizan las interacciones y el trabajo colaborativo entre sus miembros.
En este curso analizaremos el papel de este tipo de redes de conocimiento –que no tienen nada que ver con los mass media, ni con los social media– y se establecerían las bases para su diseño, desarrollo y aplicación en entornos reales y respondiendo a demandas concretas.
2.- Política internacional 2.0: las formas como la Red interviene en los conflictos políticos
Desde las guerras y las revueltas contra regímenes políticos de diferente signo en el siglo XXI, a la presión por una mayor transparencia de los Estados y las corporaciones. Internet se ha convertido en una actor inesperado en la política local, nacional e internacional. No se trata ya de las fotografías de Abu Graib o de las revelaciones de Wikileaks, sino de la aparición de fuerzas sociales con una capacidad propositiva que modifican los equilibrios tradicionales y abren nuevas e inesperadas expectativas. Por otra parte, las innovadoras propuestas de emprendedurías de diverso tipo, pero que actúan fundamentalmente en Internet con considerables repercusiones sociales, también intervienen en los procesos políticos por su capacidad de masificar demandas y proponer soluciones, como esta ocurriendo, por ejemplo, con la banca virtual a través del móvil en un número creciente de países africanos. En el trasfondo de este escenario, se mueven además los hilos de la ciberguerra, del espionaje industrial y de las tensiones en el comercio internacional por las “habilidades” competitivas ejercidas al margen de la ley.
En el curso analizaremos estos procesos, veremos de qué tipo de estructuras virtuales se sirven, examinaremos en detalle algunos de ellos y haremos lo mismo con los que propongan los alumnos. Bajo el paraguas de la política, se trabajará también con aspectos relevantes de la ciencia, el medio ambiente, la energía y el urbanismo.
Nunca antes se había abordado la Historia de Internet desde el punto de vista de las extinciones de conocimiento e información producto de las convulsiones que, en mayor o menor medida o trascendencia, sacuden constantemente al ciberespacio. Se estima que cerca de las 4/5 partes de la información y el conocimiento generado en Internet desde su creación ha desaparecido. Las razones de estos cataclismo son muchos y de origen muy diverso. Lo mismo sucede con sus dimensiones y alcance, pues a veces son auténticas “grandes extinciones”, en otras lo que desaparecen son especies enteras, o infotopos determinados o solo algunas de las especies que los pueblan. Lo que se mueve en el fondo de este agitado escenario son acontecimientos poderosos, frecuentemente difíciles de prever, no digamos ya de torcer, donde juegan un papel preponderante aspectos tan diferentes como la dinámica de las poblaciones conectadas, la evolución tecnológica, la invasión de espacios virtuales nuevos de los que se desconocen sus estructuras y funciones, el peso de la experimentación no sustanciada en una casuística fundada, las iniciativas de distinto tipo emprendidas por vastos sectores de la población conectada sin adquirir previamente los conocimientos elementales que definen su actividad, el desconcierto que
genera la creciente velocidad de giro de la información y, sobre todo, el conocimiento insuficiente de qué está en juego en la actividad de millones de internautas abocados a generar y gestionar información y conocimiento en estructuras tecnológicas.
Al conjunto de procesos que generan estas extinciones de información y conocimiento, de tecnologías y proyectos, de redes, visiones, inteligencia colectiva y recursos de todo tipo desde el final de los años setenta hasta la actualidad, lo llamamos “el agujero negro digital”.
Con esta propuesta queremos promover una reflexión para desarrollar una conciencia histórica sobre la Red, emplear las herramientas necesarias para analizar los diferentes y complejos ingredientes que informan el momento que vivimos, detectar tendencias que contribuyan a darle solidez a los proyectos y reflexionar y evaluar lo que supone haber perdido todo esa información que ya no podemos recuperar. ¿Qué perdemos realmente y qué estrategias permitirían evitar esta constante liquidación de actividades emprendidas por individuos, colectivos, empresas o instituciones de todo tipo? ¿Es una maldición o un déficit cultural para entender dinámicas subyacentes en la cultura digital de la Red? En suma, ¿qué importancia deberíamos concederle a fenómenos de este tipo y con qué se comparan en términos culturales?
4.- Los medios sociales y el futuro de los medios de comunicación
El sector de los medios de comunicación “tradicionales” ha sido uno de los que más ha sufrido la aparición de un medio de comunicación tan vasto y plurivalente como Internet. Si se pudiera expresar de manera simple y esquemática, los medios de comunicación no supieron ofrecer a sus audiencias el complemento necesario para desenvolverse en un mundo cambiante caracterizado por un proceso constante de producción de información diversa y aparentemente infinita.
Desde mediados de los años 90, comenzó a asentarse la impresión en el sector de los medios de comunicación una valoración ambigua que les impidió tomar decisiones en esos años cruciales: por una parte, se percibía cada vez con mayor intensidad que los cambios a los que deberían enfrentarse iban a ser de un calado profundo y, por la otra, se fue instalando una especie de “seguidismo” de lo que sucedía en Internet que impidió, en gran medida, la búsqueda e implementación de soluciones y adaptaciones al nuevo paisaje de la información. Hoy ya se sabe que el desafío no radicaba (ni radica) en un cambio de modelo de negocio más o menos complejo. Las empresas de los medios de comunicación necesitan ajustar cuentas con su manera de producir, gestionar y servir la información y, cómo no, en qué condiciones -y por qué- se podría incluir al ciudadano en estos procesos.
Como se propone en el curso del lab_RSI, para comprender la coyuntura actual de los medios de comunicación, es necesario analizar la encrucijada que han planteado los medios sociales, su significado en el contexto actual y el desarrollo al mismo tiempo de nuevas formas de gestión de información y conocimiento para el tratamiento de contenidos de calidad. Este nuevo paisaje se ilustrará con ejemplos de nuevos medios de comunicación en red que trabajan con información única, exclusiva y no redundante, como es el caso de redes de conocimiento y de comunidades temáticas.
5.- Nuevos perfiles profesionales en Internet
En los últimos años, a medida que la penetración de Internet en las empresas y organizaciones de todo tipo ha crecido exponencialmente y, al mismo tiempo, han ido apareciendo nuevos campos de actividad vinculados a las redes y a las enormes posibilidades que ofrece la virtualización de procesos, organizaciones y relaciones, ha comenzado a emerger una notable demanda de profesionales capaces de adquirir y desplegar nuevas competencias acorde con estos cambios. De hecho, cada vez hay partes más sustanciales de los negocios y los proyectos que descansan precisamente en la intervención de estos “nuevos” profesionales o de estas “nuevas profesiones”. Sin embargo, a pesar de que este sector emergente encapsula un considerable capacidad innovadora, no resulta fácil ni dar con el perfil adecuado, o con el proceso de formación necesario, o con las metodologías correspondientes a las necesidades de las empresas y de sus objetivos
concretos. Esta problemática no reconoce fronteras y afecta a sectores tan diversos y aparentemente aparte entre sí como la energía, las telecomunicaciones, la planificación urbana, la logísticas, las comunicaciones y, por supuesto, la reorganización social de empresas y entidades comprometidas con el desarrollo puntero e innovador de sus proyectos.
En este curso se aprende a detectar nuevas demandas, a analizar la Red y seleccionar las tendencias emergentes en nuevos contextos de organizaciones y empresas, todo lo cual contribuye a determinar las nuevas competencias y los nuevos perfiles profesionales para hacer un uso avanzado de Internet en el contexto de la globalización. En todos los casos, se trabaja con un notable volumen de información y complejidad, enfocado hacia proyectos que cubren un espectro tan amplio y diverso como el desarrollo de ciudades inteligentes o los sistemas de gestión de información y conocimiento en red en las empresas.
6.- ¿Hay vida más allá de Facebook?
A medida que los social media se han ido expandiendo e imponiendo su ley en parcelas importantes del entretenimiento y la comunicación, se ha ido planteando la duda, también cada vez con mayor intensidad y preocupación, de si hay otras formas de abordar los problemas que se fían a FB, Tw, Linkedin u otros medios sociales de este tipo. Empresas y entidades, que todavía se sujetan firmemente a sus organigramas tradicionales (o ligeramente “tocados” por la Red), buscan en estos medios sociales la llave mágica que les proporcione la información o las audiencias que les otorguen una ventaja estratégica en los mercados o en los sectores donde desarrollan sus actividades. En estos menesteres han invertido -y seguirán invirtiendo- ingentes recursos humanos, tecnológicos, materiales o financieros, pero el retorno de esta inversión no siempre se refleja en los resultados y, más frecuentemente de lo deseado, no se reflejarán porque simplemente no producen resultados tangibles. Por tanto, la pregunta es legítima: ¿hay vida más allá de Facebook?
El curso mostrará formas alternativas de generar y gestionar en red la información y el conocimiento que necesitan las organizaciones y se apoyará en numerosos casos a los que se aplicarán procesos de ingeniería inversa: desde los resultados (o lo que se ve), los alumnos aprenderán a dilucidar los objetivos de diversos proyectos, sus metodologías de trabajo, quiénes participan en ellos, cómo fueron seleccionados, qué productos generan y cómo adquieren valor de mercado, o valor social.
7.- Proyectos de Innovación social. Cómo formularlos, cómo ejecutarlos
La competitividad de empresas, entidades y territorios depende en gran medida de la innovación y ésta, a su vez, suele tener un soporte tecnológico del que depende su éxito. Sin embargo, aunque no tiene un reconocimiento público, lo que denominamos como innovación, que generalmente se la circunscribe a las empresas y a los productos, depende directamente de la innovación social como sustrato fundamental de los procesos innovadores.
Actualmente, la terminología referida a la innovación social ha adquirido un tono dominante en los discursos sobre la crisis, la emprendeduría, los procesos creativos y la búsqueda de nuevos territorios de acción socio-económica. Pero, frecuentemente, los argumentos en esos discursos vienen prendidos de alfileres: se reclama sobre todo imaginación, pasión, colaboración, transparencia, compartir, etc., conceptos que se manejan con una gran frivolidad sin conectarlos con los requerimientos necesarios para formular y llevar a la práctica proyectos de innovación social y generar los resultados proclamados.
En este curso, los alumnos aprenderán los 10 pasos imprescindibles para formular un proyecto de innovación social, desde la investigación de sus objetivos, hasta su implantación social y la generación de productos específicos con valor de mercado, o valor social. Y se analizarán casos aparentemente muy diversos, pero que o han fracasado, o han tenido éxito, debido fundamentalmente a cómo estaban formulados.
8.- Nuevos modelos de comunicación social de la ciencia y la tecnología
Desde las revoluciones científicas y, sobre todo, la revolución industrial, la producción de información y conocimiento por parte de las comunidades de ciencia y tecnología ha estado concentrada, por lo general, en centros de investigación y de la Academia. Su comunicación se realiza fundamentalmente a través de medios tildados como “de referencia”, un primer paso para la validación de los resultados de la actividad científica. En el caso de la tecnología, este primer paso no siempre es indispensable, pero el conocimiento tecnológico fundamental y experimental ha residido también en gran medida en los centros académicos.
El siguiente peldaño de la comunicación está conformado por los medios de comunicación sociales, con mayor o menor grado de especialización, que procesan y trasladan esta información a la sociedad, es decir, su actividad constituye la parte troncal de la comunicación social de la ciencia y la tecnología. A partir de ahí, hay más peldaños, como lo son los museos, centros de exposición de avances científicos y técnicos, o centros culturales desde donde se difunden y analizan avances científicos y tecnológicos.
La pirámide de la comunicación de la ciencia y la tecnología no sólo tiene esta organización lógica, que discurre desde los centros de producción de información y conocimiento hacia la base, los ciudadanos, sino que además está estructurada de acuerdo a las áreas de conocimiento que, a su vez, organizan el mundo de la Academia en todo el planeta: ciencias exactas, ciencias sociales, diversidad de centros tecnológicos según sus áreas de actividad (ingenierías, arquitectura..) y sus respectivas subdivisiones: física, matemáticas, geología, biología, antropología, sociología, informática, robótica, etc. Y así es también como abrumadoramente le llega la información a la sociedad: organizada en áreas de conocimiento. Museos e instituciones afines tratan de introducir elementos de transversalidad -incorrectamente denominados a veces como “visiones multidisciplinarias”-, pero que son la excepción en una regla universalmente aceptada: sólo la divulgación trata episódicamente de integrar los aspectos sobresalientes de diferentes áreas de conocimiento para empaquetar un determinado evento, una “noticia”.
Ahora bien, ¿qué tiene esto que ver con los intereses y preocupaciones de los ciudadanos, con sus conocimientos y sus experiencias, con su acceso a la cultura a través de los diversos formatos en que esta se manifiesta? ¿Rigen en este caso los criterios de la Academia? ¿Existe una conexión real entre, por una parte, dichos intereses, sus preocupaciones, lo que les despierta curiosidad o, de alguna manera, forma parte de su vida cotidiana y, por la otra, la forma como acceden o les llega la información o el conocimiento de lo que sucede en el mundo de la ciencia y la tecnología? La conexión, en lo que respecta a la comunicación social de la ciencia, existe en la medida en que el ciudadano acepte las reglas de juego de las áreas de conocimiento previamente organizadas y, en consecuencia, la forma como la información y el conocimiento se le transmite. Y así, podrá acudir a fuentes de información sobre física, economía, química, medicina, biología, robótica, neurociencia, etc. Pero si, por ejemplo, sus intereses se mueven alrededor de su afición por la ciencia-ficción u otro tipo de lecturas, o el cine, o expresiones artísticas o, por resumir, la integración de diferentes aspectos de la ciencia y la tecnología que, de una u otra forma, determinan su cotidianidad, la conexión con la comunicación social de la ciencia disponible oscila entre lo difícil y lo imposible.
Este es el reto que se plantean los nuevos modelos de comunicación social de la ciencia y la tecnología en entornos virtuales: “achatar” la pirámide y acercar la producción de la ciencia y tecnología a los intereses y preocupaciones de los ciudadanos. O, dicho a la inversa, conseguir que los intereses y preocupaciones de los ciudadanos formen parte de los procesos de comunicación social de la ciencia y la tecnología, que incluso sean promotores y produzcan esta comunicación desde sus propios puntos de vista, desde sus propias visiones.
En este curso, analizaremos los modelos que han emergido sobre todo recientemente, algunos centrados en temáticas claramente definidas, otros con una visión más holística pero igualmente pertinente. Y evaluaremos cuanto se aproximan al principio de e-citizen science que preconiza la Unión Europea para sus programas de Ciencia, Tecnología y Sociedad.